Integrantes del Laboratorio Ciudadano de Edelira e Itapúa Poty, promueven dos acciones para visibilizar y fortalecer la producción agroecológica, fomentar el consumo responsable y practicar el comercio justo.
Para garantizar la vida en el planeta es necesario cuidar el agua, el suelo, el monte, y el aire, además de la manera en la que estamos acostumbrados a producir. La crisis climática imprime con pasos acelerados su presencia en los territorios y diferentes hábitats. Los fenómenos extremos están llevando a personas y organizaciones a que contribuyan con una solución a esta problemática, mejorando sus procesos.
Impulsado por la Asociación Oñoirū, con el apoyo del Laboratorio de Aceleración del PNUD a través del programa Tavarandu y Cultura y Participación (CyP), llevaron adelante un proceso participativo de co-creación de soluciones a desafíos locales de desarrollo sostenible. A través de este proceso, definieron priorizar acciones para abordar el problema de la producción y la comercialización de Yerba Mate, cuya debilidad genera desempleo y desarraigo juvenil. Se propuso realizar dos acciones para visibilizar la problemática y buscar incidir en las políticas públicas de instituciones locales y nacionales.
La primera acción es la campaña de sensibilización que tiene por objetivo fortalecer la producción agroecológica, fomentar el consumo responsable y practicar el comercio justo, tres componentes que apuestan a cambiar la realidad e involucrar a la comunidad agrícola, los consumidores y las instituciones públicas y privadas.
La segunda iniciativa tiene que ver con la imagen del producto estrella de la Asociación Oñoirũ, que es su yerba mate agroecológica, que cuenta con certificaciones que le permiten exportar a países como Rusia, Polonia, Canadá, Estados Unidos y otros. “¡La cultura yerbatera que da vida!”, es el lema que se promueve para presentar un envase renovado en papel Kraft, que mantiene la textura, el olor, el sabor y la durabilidad del producto.
Esta campaña busca instalar en la ciudadanía, a través de piezas comunicacionales, la importancia de la alimentación saludable y el cuidado del medioambiente, y dar visibilidad a la nueva dinámica del circuito para ofrecer en el mercado productos desarrollados con buenas prácticas ambientales, amigables con la naturaleza y un rostro más humano de comercialización.