En los últimos años, la FAO ha desempeñado un papel fundamental al brindar asistencia a los países de América Latina y el Caribe para alcanzar objetivos de restauración, hacer frente a la crisis climática y abordar la pérdida de biodiversidad en los bosques.

Esta es una problemática que afecta a toda la región y que requiere de un trabajo colaborativo con otros sectores, incluyendo el sector agrícola y de desarrollo rural, y se presenta como una oportunidad para la acción conjunta e implementación de soluciones integrales en los territorios y paisajes.

América Latina y El Caribe ha avanzado en el manejo forestal sostenible a través de implementación integral de buenas prácticas y reduciendo la tala ilegal de bosque nativo. 

Sin embargo, los incendios forestales y la sanidad forestal siguen siendo retos que requieren de la coordinación intersectorial y trabajo conjunto en la región, principalmente en un contexto de cambio climático y pérdida de la biodiversidad.

El trabajo reciente de la FAO ha permitido recuperar y conservar los bosques en diversos países de la región, generando herramientas y mecanismos para abordar causas de la pérdida de la biodiversidad como por ejemplo las especies exóticas invasoras.

Solo en 2022, la organización apoyó a Brasil, Chile, Guyana, la República Bolivariana de Venezuela, Trinidad y Tobago y Surinam para acceder a 21,6 millones de dólares del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), y a Chile, Ecuador, Surinam y Trinidad y Tobago para obtener un financiamiento de 5,5 millones de dólares del Fondo Verde del Clima (FVC). Además, brindó asistencia técnica en la fase de preparación de proyectos climáticos y ambientales a nueve países.

En Paraguay se ha brindado apoyo en el diseño de un sistema nacional de monitoreo de incendios forestales, con el objetivo de lograr una respuesta rápida y un control coordinado por parte de las instituciones nacionales. También, 1,200 familias campesinas e indígenas han desarrollado sistemas agroforestales resilientes al cambio climático.