Un reciente informe de gran relevancia presentado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Dubái (CMNUCC COP28) revela impactos catastróficos del cambio climático en diversas especies migratorias, así como en la prestación de servicios ecosistémicos esenciales para la humanidad. Este estudio, auspiciado por la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS) de la ONU, destaca la urgencia de abordar estos problemas.

Se evidencian ya los efectos directos del cambio climático en las especies migratorias, manifestándose en desplazamientos de sus áreas de distribución hacia los polos, alteraciones en los ciclos migratorios y una disminución en el éxito reproductivo y la supervivencia. Dado que estas especies son parte integral de sus ecosistemas, desempeñan servicios cruciales que mitigan los impactos climáticos y fortalecen la resistencia ante amenazas ambientales.

El informe subraya la imperiosa necesidad de acciones inmediatas para facilitar la adaptación de las especies migratorias vulnerables a un clima cambiante. Estrategias como la creación de extensas y bien conectadas redes de áreas protegidas, junto con otras medidas de conservación específicas según regiones geográficas, son fundamentales para respaldar el movimiento de las especies. En algunos casos, será esencial la intervención humana directa, como la translocación de poblaciones vulnerables.

Algunas conclusiones destacadas del informe son:

  1. El aumento de la temperatura global afecta negativamente a la mayoría de los grupos de especies migratorias, con consecuencias como cambios en la reproducción y supervivencia del krill, impactando a mamíferos marinos y aves marinas que dependen del krill como fuente alimenticia.
  2. El cambio climático incide en la distribución y ciclos migratorios de especies, provocando desplazamientos hacia los polos y alteraciones en la migración y reproducción, como en aves zancudas, donde existe riesgo de desajuste temporal entre reproducción y disponibilidad de presas.
  3. Cambios en la disponibilidad de agua afectan la migración de peces y aves acuáticas, con pérdida de humedales y reducción de caudales de ríos.
  4. Fenómenos climáticos extremos, como corrimientos de tierra, destruyen hábitats, siendo especialmente graves en lugares de reproducción de aves marinas.
  5. Las aves marinas y mamíferos marinos migratorios se ven afectados por cambios en corrientes oceánicas, alterando ecosistemas marinos y terrestres.

Este estudio, titulado «Cambio climático y especies migratorias: una revisión de los impactos, medidas de conservación, indicadores y servicios ecosistémicos», fue encargado por el Gobierno del Reino Unido a través del Comité Conjunto para la Conservación de la Naturaleza y elaborado por el British Trust for Ornithology (BTO).

El informe destaca la conexión crítica entre cambio climático, pérdida de biodiversidad y la necesidad de soluciones globales. Subraya la importancia de la acción coordinada para proteger el medioambiente, apuntando a la iniciativa del Reino Unido de liderar esfuerzos para restaurar la naturaleza y alcanzar objetivos ambiciosos de protección del 30% de la tierra y del mar para 2030.

La biodiversidad global disminuye a un ritmo alarmante, y el cambio climático es un factor clave. El informe destaca la interrelación entre ambas crisis, llamando a la acción global. Reconoce el papel esencial de soluciones basadas en la naturaleza, como la conservación de especies migratorias, para abordar ambas problemáticas.

En este contexto, las especies migratorias, al formar parte fundamental de los ecosistemas, contribuyen significativamente a la mitigación del cambio climático mediante procesos como la dispersión de semillas y nutrientes, así como la descomposición de heces que facilita la retención de carbono. Además, promueven la adaptación al cambio climático al fortalecer la resistencia de los ecosistemas.

El informe destaca la necesidad de cooperación internacional para garantizar la conservación de estas especies. La CMS, al abordar las especies migratorias en su área de distribución, proporciona un marco para dicha cooperación. Al conservar estas especies y sus hábitats, los países pueden contribuir directamente a los objetivos del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal y del Acuerdo de París sobre el cambio climático.