.El Gobierno ha identificado la propiedad donde se habría iniciado el masivo incendio que afecta el norte de la Región Occidental, en el Chaco, devastando hasta ahora 84.000 hectáreas. Este incendio, que se originó el pasado 2 de septiembre en la zona del cerro Chovoreca, está teniendo repercusiones más allá de la región, empeorando significativamente la calidad del aire en Asunción y otras ciudades.

Según las autoridades del Instituto Forestal Nacional (Infona), la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), y el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), las llamas han consumido principalmente bosques nativos dentro y alrededor de la reserva natural del cerro Chovoreca. A través de imágenes satelitales, se identificó que el fuego se habría originado durante actividades de «limpieza de campo» con la formación de escolleras en una propiedad privada. Ante esta situación, se están preparando denuncias formales ante la Fiscalía de Fuerte Olimpo y se han iniciado sumarios en Infona y el Mades.

La presidenta del Infona, Cristina Goralewski, explicó que las autoridades están tomando medidas para controlar el incendio, pero el impacto ya es alarmante. Arsenio Zárate, ministro de la SEN, indicó que si bien la situación parece «controlada» debido a la reducción de vientos en la región del Chaco, el fuego sigue activo. En la zona, alrededor de 100 bomberos, personal de emergencia y militares están trabajando incansablemente para contener las llamas, y se espera el refuerzo de 50 personas adicionales.

Sin embargo, las consecuencias de este desastre ambiental no se limitan al área afectada. El humo generado por los incendios ha deteriorado la calidad del aire en Asunción y áreas cercanas, generando preocupación entre los ciudadanos y las autoridades sanitarias. El Ministerio de Salud Pública advirtió sobre los peligros que representa el aire contaminado para la salud, especialmente para personas con afecciones respiratorias preexistentes, niños y ancianos.

La capital y varias ciudades del departamento Central registraron niveles de polución elevados, agravados por la sequía y la baja circulación de vientos, lo que dificulta la dispersión del humo. En algunos puntos, se han registrado niveles de material particulado (PM 2.5) por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que representa un riesgo directo para la población.

Las autoridades han solicitado la cooperación de países vecinos para el envío de aviones hidrantes que ayuden a sofocar el fuego. A su vez, la Fuerza Aérea Paraguaya ha desplegado helicópteros en la zona para asistir tanto en el combate a las llamas como en posibles emergencias médicas.

Este desastre no solo afecta los ecosistemas del Chaco, sino también la salud pública, mostrando cómo los incendios forestales pueden impactar a gran escala, deteriorando la calidad del aire y poniendo en riesgo a miles de personas en todo el país.