Es destacable la importancia de la mujer rural en la búsqueda de soluciones frente a la crisis climática. En zonas rurales, donde la gestión del territorio es esencial para prevenir la desertificación y la pérdida de biodiversidad, las mujeres enfrentan barreras económicas y sociales, como la falta de oportunidades laborales y el desigual reparto de las tareas de cuidado.
A pesar de estos desafíos, el papel de las mujeres rurales es vital para la sostenibilidad ambiental y social. Su conocimiento del entorno, su capacidad para gestionar recursos y su participación en prácticas regenerativas posicionan a estas mujeres como actores clave en la protección de la naturaleza y la mitigación del cambio climático.
La interdependencia entre los entornos rurales y urbanos, mostrando cómo las zonas rurales no solo proveen alimentos, sino que también actúan como el “pulmón” de las ciudades. Sin embargo, para aprovechar al máximo este potencial, es necesario fomentar condiciones de igualdad, donde las mujeres rurales puedan desarrollarse plenamente y contribuir a sus comunidades sin tener que emigrar.
En el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales, que se celebra cada 15 de octubre, es esencial reconocer su papel en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente en lo que respecta al ODS 13: Acción por el clima. Sin su contribución, las estrategias globales para mitigar el cambio climático serían incompletas.