Cada 14 de febrero se celebra el Día Mundial de la Energía, una fecha establecida para fomentar el uso de fuentes energéticas sostenibles y eficientes, así como para concienciar sobre la importancia de reducir el impacto ambiental del consumo energético.

En un contexto global donde el cambio climático y la sostenibilidad son desafíos urgentes, es fundamental identificar y adoptar fuentes de energía más limpias y viables para el futuro.

Las fuentes de energía más sostenibles

  • Energía solar: Se obtiene a partir de la radiación del sol, transformándola en electricidad o calor mediante paneles fotovoltaicos y sistemas térmicos solares. Además, al ser una fuente descentralizada, facilita el acceso a energía limpia en comunidades remotas sin necesidad de grandes infraestructuras.
  • Energía eólica: Se genera a través de aerogeneradores que convierten la fuerza del viento en electricidad. Es una de las fuentes renovables más eficientes y ampliamente adoptadas para reducir la huella de carbono, ya que no produce emisiones contaminantes y aprovecha un recurso natural inagotable.
  • Energía hidroeléctrica: Se produce mediante el aprovechamiento de la fuerza del agua en movimiento, generalmente a través de represas y turbinas, para generar electricidad. Es una fuente renovable y de gran capacidad, utilizada a nivel mundial. Sin embargo, su impacto ambiental varía dependiendo del tamaño y la ubicación de las centrales hidroeléctricas, por lo que se buscan soluciones más sostenibles, como las minicentrales hidroeléctricas de bajo impacto.

A medida que la tecnología avanza, estas y otras fuentes de energía renovable seguirán desempeñando un papel clave en la transición hacia un modelo energético más sostenible y respetuoso con el medioambiente.