La acelerada degradación ambiental y el rápido avance de la tecnología, como la inteligencia artificial, están generando una crisis global que amenaza tanto la salud humana como la del planeta. Un reciente informe del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Consejo Científico Internacional advierte que la combinación de estos factores, junto con el aumento de las desigualdades y la competencia por recursos, está creando una “policrisis” con implicaciones severas.
La directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, destacó la urgencia de actuar ahora para mitigar estos riesgos emergentes. La creciente demanda de minerales y recursos para tecnologías sostenibles podría intensificar la explotación de la naturaleza, incluyendo la minería en aguas profundas y hasta en el espacio, lo que supondría una mayor amenaza para la biodiversidad y los ecosistemas.
Además, el informe resalta el riesgo de liberar patógenos antiguos debido al deshielo del permafrost, así como los impactos negativos de la inteligencia artificial, especialmente en aplicaciones militares y biología sintética. Frente a este escenario, se propone un nuevo contrato social que promueva el desarrollo inclusivo y sostenible, integrando a todos los sectores, especialmente a los jóvenes y pueblos indígenas, para enfrentar estos desafíos de manera más efectiva y justa.