Imagina un lugar donde entrar en contacto con los principios básicos de la física y de la química, mediante la participación activa, la experimentación y el descubrimiento. Imagina que, en ese mismo lugar, haya un planetario de pantalla led curva cuyas proyecciones te hagan sentir que viajas entre planetas o presencias, de forma irreproducible, fenómenos naturales desde un ángulo impensado.

Imagina eso y que todo lo se encuentre en un edificio mimetizado con el entorno natural del bosque, como el Jardín Botánico de Asunción.

De eso se trata el ambicioso proyecto de un grupo de amigos –entre paraguayos y extranjeros– que están diseñando el primer museo de ciencias interactivo del país.

El Museo de Ciencias (MuCi) –como lo bautizaron– nació del empresario y filántropo norteamericano David Peery, quien atesora un profundo amor por el Paraguay.

Pasó la mejor parte de su juventud aquí y hoy con su familia en Estados Unidos comparte la pasión de amar todo lo que sea paraguayo.

Entre las excentricidades de este inédito emprendimiento, quizás el principal atractivo sea que contará con uno de los planetarios más grandes del mundo. “El planetario semiesférico que tendría el MuCi sería el tercero en el mundo con tecnología led curva”, señala Paola Martínez, portavoz de la Fundación MuCi.

El domo tendrá una capacidad para 150 personas y no solo servirá para demostraciones en ciencias y astronomía, sino para despertar el conocimiento. Será un espacio con exhibiciones interactivas y lúdicas sobre ciencia y arte para todas las edades.

El arquitecto paraguayo Luis Ayala, residente en Texas y nombrado como uno de los mejores arquitectos jóvenes en EEUU, comparte su experiencia: “La pantalla tiene tan alta resolución que el cerebro no logra discernir que lo que estamos viendo es real o no. Este va a ser el tercer museo del mundo que tenga un planetario con esta tecnología. Lo bueno de este planetario es que también se puede usar para proyectar imágenes; live stream de conciertos, partidos de fútbol, etc.”, enumera.

Inversión. Desde MuCi aseguran que cuentan con todos los fondos suficientes para la puesta en marcha de la obra. Es por eso que la campaña de recolección de firmas en la página de la fundación (apoyo.muci.org) es con el fin de que el proyecto adquiera legitimidad social.

La Fundación Peery entregaría USD 14 millones para instalación del museo. La Fundación MuCi se encargará de la obra, administración y mantenimiento del museo.

Actualmente, se encuentran en el proceso legal del proyecto, con asesoramiento del Dr. Daniel González, quien está preparando el caso para solicitar a la Municipalidad de Asunción el pedido de construcción del museo dentro en un sector del Jardín Botánico.

Mimetizado. Se piensa instalar el museo en una pradera sin árboles, que está detrás del actual Museo de Historia Natural que, lejos de tocarlo, la obra permitirá “impulsar su protección y el resguardo de la colección que se encuentra actualmente ahí”, refiere Ayala.

Son 6.500 m² de descampado donde se planea levantar el museo, en varios niveles, en un terreno de 1.6 hectáreas.

“Es el único que no está arbolado en el Jardín. Nuestra idea es que no vamos a talar ningún árbol”, aclara.

La pradera se encuentra en un nivel de casi 16 metros, por lo que el diseño arquitectónico está pensado para integrar al edificio con la naturaleza. En el techo plantarán árboles aprovechando ese desnivel, con lo que el edificio desaparecería o se integraría mejor con el verde de la naturaleza. “Somos los que más queremos este jardín y los que más queremos cuidar. Estamos pensando en un edificio que es verde, que se mimetiza con la naturaleza”, apunta.

En cuanto al edificio –explica– imita la arquitectura vernácula paraguaya que es la “kulata jovái”, consistente en dos dormitorios enfrentados a un espacio abierto pero techado. Las paredes de ambos costados estarán cubiertos con maseteros de tierra recuperada de la obra, donde plantarán todas las especies de plantas nativas. De este modo, se recuperará lo que el Botánico tenía y las fachadas laterales –cuando las plantas crezcan– van a ser todo verde.

El espacio central tendrá estanques con peces, trepadoras colgantes de mburucuyá; además, contará con una plaza y una escalinata mutiuso.

En el radar. Todo el edificio se separa así en dos, en torno al vestíbulo central; de un lado, estarán las exhibiciones fijas de ciencias y del otro, las exhibiciones de rotación.

“Las de rotación van a ser hecha por artistas internacionales que hacen instalaciones artísticas basadas en las ciencias, cada cuatro meses, alrededor del mundo. Eso va a hacer que hoy tengamos a Leonardo Da Vinci y en cuatro meses tenemos una instalación basada en el agua”, anticipa el arquitecto.

En noviembre, MuCi habilitará su oficina en Textilia. En esa ocasión, harán nuevas demostraciones de lo que ofrecerá el museo cuya edificación, si no hay inconvenientes, se terminaría en 2025.

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