La nueva línea del gobierno que encabeza Santiago Peña presenta una serie de inconsistencias discursivas, sobre todo en cuanto al medioambiente, capitales extranjeros y sistema tributario.

Paraguay siempre tuvo bajos impuestos, pero se encuentra entre los últimos destinos elegidos por la inversión extranjera, y esta es una de las contradicciones de la nueva política que el cartismo busca implementar bajo el gobierno de Santiago Peña, quien dio pie en su discurso a una segunda, al exclamar que “el cambio climático es real”, cuando el modelo de este sector tiene una gran cantidad de antecedentes que atentan contra el medioambiente.

Para la economista Verónica Serafini, es falso que los bajos impuestos atraen capital extranjero. Desde el nuevo gobierno se ha expuesto como bandera esta medida asegurando que de esta forma habrá generación de empleo.

“La mentira de que los impuestos bajos atraen inversión extranjera directa (IED). Brasil, Argentina y Chile están entre los países de mayor presión tributaria, incluyendo contribuciones a la seguridad social. Argentina y Colombia, con impuestos a la riqueza. ¿Por qué son importantes los impuestos? Porque permiten invertir en el capital humano y la infraestructura que requiere la inversión extranjera de calidad, así como fortalecer la institucionalidad relativa a la reducción de costos de transacción, seguridad jurídica y corrupción”, subrayó.

Serafini explicó que una inversión extranjera de calidad es aquella que genera empleos decentes, es decir, con no menos que el salario mínimo y con seguridad social; transfiere tecnología; se eslabona con mipymes nacionales; diversifica y complejiza la matriz productiva.

Deterioro ambiental. El gobierno de Peña es una continuidad de la gestión de su mentor político, Horacio Cartes, lo que es asumido por los mismos referentes de Honor Colorado. Este movimiento fue negacionista del cambio climático. Sin embargo, en su discurso el presidente afirmó con seguridad que este fenómeno sí existe.

Cabe destacar que aquí se centra un gran desafío de coherencia discursiva para Peña, debido a los graves antecedentes del gobierno de Cartes para con el medioambiente.

En su momento, Mario Abdo derogó el Decreto 7702, firmado por Cartes, que habilitaba a deforestar 25% de reserva obligatoria de bosque natural en una propiedad y sustituirla por reforestación.

Con este instrumento, Cartes arrasó con más de 2.000 hectáreas de bosque nativo en noviembre de 2018 en su estancia San Francisco, en el Chaco. Se estima que se alcanzó a echar alrededor de 2 millones de árboles.

Hasta hace unos meses, el cartismo impulsaba el proyecto de ley que habilitaba a la explotación de hidrocarburos en la reserva natural Médanos del Chaco. El proyectista fue el ex diputado Édwin Reimer. Las organizaciones medioambientales alertaron sobre los antecedentes nefastos que esta actividad podría causar para el medioambiente. La iniciativa tuvo que ser archivada.

El cartismo también es cuestionado por permitir la proliferación de estaciones de servicio en Asunción, cerca de escuelas, hospitales, mercados y en calles estrechas, exponiendo a los moradores de la zona. A nivel país, hay 2.600 gasolineras –35 por cada 100.000 habitantes– y solo en Asunción, 147. En un informe de Cadep se detalla que las principales fuentes de emisiones de gas de efecto invernadero corresponden al transporte, a la agricultura y al cambio en el uso del suelo, es decir, la actividad agropecuaria y los combustibles.
FUENTE: ULTIMAHORA.COM.PY