PARÍS. Los países más pobres y vulnerables al cambio climático advierten que no pueden esperar más para recibir las primeras ayudas del fondo de «pérdidas y daños», creado en la COP28 en noviembre. A pesar de su creación, este fondo aún está lejos de ser operativo, según denuncian los afectados.

El llamado de estos países resonó al concluir la segunda reunión de implementación del fondo, adoptado en la COP de Dubái tras años de arduas negociaciones. Las devastaciones relacionadas con inundaciones y huracanes, exacerbadas por el calentamiento global, no dan tregua. «No podemos esperar hasta finales de 2025 para que los primeros fondos sean desbloqueados», declaró Adao Soares Barbosa, representante de Timor Oriental en el consejo de administración del fondo. «La urgencia de las necesidades de los países y las comunidades vulnerables no puede ser ignorada mientras se finalizan todos los detalles», recalcó Barbosa.

El costo de las catástrofes climáticas se cifra en miles de millones de dólares, pero hasta ahora, el fondo solo ha registrado promesas de donaciones por un valor de 661 millones de dólares de países ricos como Alemania, Francia, Emiratos Árabes Unidos y Dinamarca. Camilla More, del Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo, lamentó que estos fondos son insuficientes para cubrir el costo de una sola catástrofe mayor. Elizabeth Thompson, representante de Barbados, enfatizó durante la reunión: «No podemos seguir conversando mientras la gente vive y muere en una crisis de la que no es responsable», reclamando un fondo que refleje «la urgencia y la magnitud» de la respuesta requerida.

Las recientes destrucciones masivas «ejercen una presión inmensa sobre nosotros para que cumplamos con nuestro trabajo», reconoció Richard Sherman, el copresidente sudafricano del consejo de administración. Según un documento interno consultado por la AFP, los miembros quieren que los pagos sean aprobados «lo antes posible, pero de manera realista, para mediados de 2025».

Los países en desarrollo, según algunas estimaciones, necesitarían más de 400.000 millones de dólares al año para reconstruirse después de catástrofes climáticas. Un estudio cifró la factura mundial entre 290.000 y 580.000 millones de dólares anuales hasta 2030, y aún más en el futuro. En 2022, las inundaciones sin precedentes en Pakistán causaron más de 30.000 millones de dólares en daños y pérdidas económicas, según una evaluación de la ONU.

Las discusiones técnicas para concretar el funcionamiento del fondo de pérdidas y daños continúan, abordando cuestiones como quiénes serán los beneficiarios, cómo se distribuirá el dinero y en qué forma (préstamos o donaciones). El martes, más de 350 ONG escribieron a los miembros del fondo exigiendo que una parte sustancial sea distribuida directamente en forma de pequeñas subvenciones a las comunidades locales y a los grupos indígenas, sin pasar por los Estados.

El fondo será alojado provisionalmente por el Banco Mundial, una decisión tomada a pesar de la oposición de los países del Sur, que lograron al menos que el consejo de administración se sitúe en Filipinas