Paraguay enfrenta una creciente preocupación por la inflación, especialmente en el sector alimentario, que ha persistido alta durante varios años. Este aumento ha erosionado la capacidad adquisitiva de las familias, obligándolas a reorientar sus recursos y comprometiendo su calidad de vida y nutrición. La falta de apoyo a la agricultura familiar y la inacción frente al cambio climático son factores clave que agravan esta situación.
Paraguay, aunque tiene un alto potencial para la producción de alimentos, es extremadamente vulnerable a las crisis climáticas. Los eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones, han elevado los precios de productos esenciales como el arroz, los huevos y las verduras, afectando tanto a productores como a consumidores.
Sin políticas públicas eficaces que promuevan una producción agrícola sostenible y accesible, y que mitiguen los impactos del cambio climático, la inflación seguirá deteriorando los ingresos reales y la calidad de los alimentos disponibles, con consecuencias graves para la salud pública y la economía del país.