¿Producción de soja libre de deforestación? ¿Paraguay como ejemplo de nación sostenible? La nueva “propaganda” verde

Asunción, 2 de octubre 2023 (BASE-IS) El Instituto Forestal Nacional (INFONA) presentó un informe1 en el cual se afirma que un 94.5 % de la soja sembrada en la Región Oriental de nuestro país es completamente libre de deforestación. Estos datos fueron utilizados por el presidente Santiago Peña en distintos discursos públicos, siendo el más relevante su intervención en la en la Asamblea General de las Naciones Unidas. El mandatario reivindicó la idea de que el Paraguay es un ejemplo de nación responsable y “sostenible” ya que promueve el desarrollo económico y al mismo tiempo la mitigación al cambio climático.

Estas declaraciones claramente responden a una agenda política representan a los intereses de las multinacionales del agronegocio, las finanzas y los latifundistas, tienen como claro objetivo, ubicar al Paraguay como una nación “amigable” con el ambiente y responsable climáticamente hablando. Ante estos hechos en particular, es sumamente necesario visibilizar algunos elementos que nos permitan comprender que la situación, en realidad no es tal cual se afirma.

1-El informe del INFONA no cuenta cosas nuevas. Y también omite otras (guiño guiño)

En términos sencillos, la conclusión principal del informe2 en cuestión, es que el 94.5% de la soja cultivada en la Región Oriental no necesitó de deforestación previa desde el año 2005 hasta el 2022. Uno de los argumentos centrales del informe radica en el claro funcionamiento de la “ley de deforestación cero” desde el 2004.

A simple vista pareciera un dato sumamente clave en términos ambientales. Sin embargo, si observamos con un poco más de detalle todo el contexto en referencia a la deforestación tanto histórica como presente, nos daremos cuenta de que claramente hay algo que no nos están contando.

Por un lado, es necesario visibilizar que en realidad la deforestación en la Región Oriental se radicalizó mucho antes. La masiva deforestación de la Región Oriental se intensificó en la década de los 70s con la expansión de la mecanización agrícola a partir del cultivo de soja en manos de capitales extranjeros.

La región Oriental del país contaba en el 2005 con un millón setecientas mil hectáreas (1.700.000 has.) de bosques remanentes de las más de 8.500.000 hectáreas con que contaba hace cuarenta años.

Esta deforestación fue impulsada por la dictadura stronista a través de planes de extensión de la frontera agrícola, a partir de créditos blandos para los grandes latifundistas y con la especulación inmobiliaria tras la construcción de carreteras y dos grandes represas (Itaipú y Yacyreta).

Los datos son elocuentes: en el año 1945 existían en la Región Oriental del Paraguay, 8.8 millones de has de bosques, es decir, cubría el 55 % de la superficie de dicho territorio. Solo 40 años después, en 1985, los bosques restantes se extendían sobre 3,5 millones de has: desaparecieron más de 5 millones de has, con un promedio de 125 mil has menos cada año.

La deforestación se aceleró especialmente entre 1968 y 1976, tiempo coincidente con la expansión de la frontera agrícola con cultivos de soja en manos de capitales extranjeros y la construcción de la hidroeléctrica de Itaipú. En dicho periodo el promedio de deforestación alcanzó las 212 mil has anuales.

Para 1991 la superficie boscosa se redujo a sólo 2,4 millones de has, el 15 % de la Región Oriental3. Con ello, para el año 2005, la región Oriental del país con menos de un millón setecientas mil hectáreas de bosques remanentes de las más de ocho millones quinientas mil hectáreas con que contaba hace cuarenta años.

Por otro lado, cabe mencionar que, si bien la deforestación disminuyó en la Región Oriental a partir del 2005, esta no de detuvo a nivel nacional. Al contrario: en el siglo XXI, la deforestación en territorio paraguayo se concentró en el Chaco.

Esto se debió a la migración de las actividades ganaderas al Chaco tras la ampliación de la frontera agrícola en la Región Oriental, con el intensivo desarrollo de monocultivos transgénicos de soja. Este cultivo pasó de una producción de 3.000.000 de toneladas en 1.176.448 de hectáreas en el año 2000, a una producción cercana a los 10.000.000 de toneladas utilizando una superficie de 3.500.000 hectáreas, en el año 20144.

En ese marco, una parte importante de la ganadería se concentró en el Chaco: aproximadamente el 45 % del hato de ganado bovino se encuentra en la región Occidental, lo cual representa un crecimiento significativo en alrededor de diez años, cuando solo el 38% se encontraba en dicha zona. En términos de superficie de tierra ocupada por la ganadería, el 67,9% se encuentra en la región Occidental y 32,1 % en la región Oriental. (USDA, 2022). 

Este proceso también se expresa en el comportamiento de los índices de deforestación en esta zona: desde 1986, el 88,4 % de las pasturas implantadas sobre cobertura forestal se dieron en el Chaco, y 11,6 % en la región Oriental. Mientras tanto, el 66,3 % de las áreas de pasturas implantadas sobre campo natural ocurrieron en la región Occidental y 33,7 % en la Oriental. 

Cabe destacar que en un periodo de 10 años cerca de 2,5 millones de hectáreas registraron cambio de uso de suelo, para ser convertidos en campos de pastoreo de bovinos, con un promedio anual de cerca de 250.000 hectáreas, según datos del INFONA.

Es hasta un poco obvio que posterior a la ley de deforestación cero la deforestación iba a disminuir. Pero esto radica en el simple hecho de que ya se deforestaron casi todo lo que se podía, y no a una suerte de “responsabilidad” ambiental por parte de las multinacionales ni nada por el estilo.

2-Utilizar los datos del informe para decir que Paraguay es un ejemplo de sostenibilidad ambiental y económica tiene grandísimos sesgos.

El actual presidente de la república utilizó estos datos para afirmar que el Paraguay es un ejemplo positivo en materia ambiental, ya que se logra equilibrar la producción y el cuidado con el ambiente. Esto lo mencionó en su intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas5.

Si tomamos en cuenta que el Paraguay es el segundo país más deforestador de toda Sudamérica, dichas afirmaciones no tienen sustento alguno.

En el gráfico anterior se puede ver como Paraguay tiene un índice de deforestación mayor que países de mucho mayor tamaño y envergadura como Argentina y Colombia por ejemplo. Nuestro país solo es superado en materia de deforestación por Brasil, una nación que nos supera ampliamente en tamaño y cantidad de población.

Por otro lado, es importante señalar que la contribución en términos de gases de efecto invernadero a nivel Paraguay proviene principalmente de la deforestación.

Fuente: MADES, 20236

Acorde al MADES (2023) el 41.26 % de los GEI a nivel país proviene del cambio de uso de suelo (que es un eufemismo de deforestación), y un 39.98% de la agricultura (la cual ya incluye ganadería). El resto de los sectores contribuyen bastante poco en comparación a los mencionados anteriormente.

Estos datos demuestran con mucha claridad lo central que es la deforestación en materia de contaminación ambiental. Siendo el segundo país con mayor cobertura arbórea perdida en Sudamérica, y teniendo como principal contribuyente de GEI a la deforestación, decir que somos un país ejemplar en términos de sostenibilidad pareciera hasta irónico.

1 Disponible en : https://nube.infona.gov.py/index.php/s/72DaFWHGPjgAbWA#pdfviewer

2 Cabe recalcar que en el presente escrito no se hace una crítica a la metodología utilizada en el informe. Si no más bien en la interpretación de las conclusiones por parte de las autoridades.

3 https://www.wrm.org.uy/es/articulos-del-boletin/paraguay-la-ley-de-deforestacion-cero-en-la-region-oriental

4 https://www.mades.gov.py/wp-content/uploads/2019/06/ENBCS-Final.pdf

5 https://twitter.com/SantiPenap/status/1704270363088052569?t=zIIUnUHPjDOmzNBkAOIGKw&s=08

6 Disponible en : https://unfccc.int/sites/default/files/resource/Cuarta%20Comunicaci%C3%B3n%20Nacional%20de%20Paraguay_UNFCCC%5B1%5D.pdf