Paraguay es conocido por su exuberante vegetación y rica biodiversidad, principalmente porque alberga a una gran cantidad de árboles colosos que realmente cautivan, se erigen como guardianes del ecosistema y son una importante herencia natural, por lo que deben ser preservados.

Desde hace 40, 100 o hasta más de 200 años, el Paraguay conserva una importante cantidad de árboles colosos que se hallan principalmente en las profundidades de los bosques paraguayos. Estos gigantes naturales no solo se destacan por su impresionante altura o diámetro, sino también por su importancia para el ecosistema.

Cada uno actúa como pulmones del planeta, filtrando el aire y liberando oxígeno; constituyen el hogar de una gran cantidad de especies de flora y fauna, e incluso encierran historias alrededor de familias de una generación a otra.

Han resistido el paso del tiempo y a numerosas amenazas, como la deforestación indiscriminada, que ha reducido drásticamente su población en las últimas décadas, además del cambio climático y la falta de conciencia ambiental, que también representan un peligro para su supervivencia, por lo que es fundamental tomar medidas para protegerlos y conservarlos.

En el marco de la campaña ambiental Colosos de la Tierra, llevada adelante desde hace 12 años por la organización A Todo Pulmón Paraguay, en conjunto con WWF Paraguay, Última Hora acompañó un amplio recorrido por ciudades del sur, en busca de los árboles que fueron postulados para erigirse en el más grande del país.

El primer árbol que se visitó en la expedición fue un asombroso yvyra pytã o madera roja, conocido como el «árbol de la vida”. Esta especie es justamente uno de los colosos más reconocidos, debido a la gran altura que puede alcanzar y su amplio tronco. Su madera es muy apreciada en la industria de la construcción y su sombra proporciona refugio a numerosas especies de animales y plantas.

El ejemplar está ubicado dentro de la Reserva Chopi Sa’yju, en la localidad de General Artigas, Departamento de Itapúa, que es parte de las áreas protegidas de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY).

En la misma localidad de Itapúa también se conoció un imponente lapacho o tajy, que es un árbol nativo que puede llegar a medir hasta 30 metros de altura y tener un diámetro de tronco de más de dos metros. Su madera resistente, además de sus bellas flores, lo convierten en un símbolo de la naturaleza paraguaya.

El tercer árbol visitado es otro yvyra pytã, que deslumbra a quienes tienen la oportunidad de apreciarlo, mientras que el quinto fue un lapacho. Ambos se encuentran asentados en Bella Vista, distrito de Itapúa, conocido como la Capital de la Yerba Mate.

El cuarto coloso, un guapo’y, está también en el mismo departamento mencionado, pero en el municipio de Edelira. Otros ejemplares que compiten en la campaña ambiental y que fueron medidos son un timbó, en Santa Rosa de Lima, Misiones; un segundo guapo’y, en Quiindy, Paraguarí, y otro guapo’y, en Arroyos y Esteros, Cordillera.