Las capas de hielo del planeta podrían derretirse y elevar varios metros el nivel de los océanos con un aumento del calentamiento climático de apenas 0,5 grados, según estudios recientes que ponen de relieve interacciones meteorológicas hasta ahora ignoradas.
Las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida perdieron más de 500.000 millones de toneladas anuales desde el año 2000, equivalentes a seis piscinas olímpicas cada segundo..
Pero los modelos climáticos subestimaron hasta ahora su contribución a la subida del nivel del mar ya que solo se tomó en cuenta el aumento de las temperaturas y se ignoraron las interacciones entre la atmósfera, los océanos, las capas de hielo y algunos glaciares.
Un estudio de investigadores de Corea del Sur y Estados Unidos estableció que si se mantenían las actuales políticas climáticas, el derretimiento de la capa de hielo en la Antártida y en Groenlandia provocaría una subida del nivel del mar de aproximadamente medio metro de aquí a 2050.
La cifra aumentaría a 1,4 metros en el peor escenario, que implica un aumento importante de las emisiones de gas de efecto invernadero.
Los expertos basaron sus predicciones en función de los distintos escenarios planteados por los expertos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas.
Punto de Inflexion
La investigación, publicada esta semana en la revista Nature Communications, precisa también cuándo podría acelerarse el derretimiento incontrolable de las capas de hielo y de los glaciares.
“Nuestro modelo establece umbrales de entre 1,5 °C y 2 °C de calentamiento –siendo 1,8 °C nuestra mejor estimación– para la pérdida acelerada de hielo y la subida del nivel del mar”, declaró a AFP Fabian Schloesser, de la Universidad de Hawai, coautor del estudio.
Las temperaturas ya han aumentado casi 1,2ºC en todo el mundo desde la era preindustrial.
Los científicos saben desde hace tiempo que las capas de hielo de la Antártida Occidental y de Groenlandia –que podrían elevar el nivel del mar hasta 13 metros a largo plazo– tienen “puntos de inflexión” más allá de los cuales su desintegración es inevitable.
Pero nunca se habían identificado con precisión las temperaturas asociadas a este fenómeno.
Otros estudios publicados este semana en Nature muestran por otro lado que el glaciar de Thwaites, en el oeste de la Antártida, se está fracturando de una manera inédita.
Este glaciar, del tamaño de Gran Bretaña, ya se ha reducido 14 km desde los años 90, pero el fenómeno no se comprendía bien por falta de datos.
Desgaste
Una expedición de científicos británicos y estadounidenses perforó un agujero de una profundidad equivalente a dos torres Eiffel (600 metros) a través de la gruesa lengua de hielo empujada por Thwaites en el mar de Amundsen.
Encontraron signos de erosión acelerada, así como grietas abiertas por el agua del mar.
“El agua tibia entra en las fisuras y participa al desgaste del glaciar en su punto más débil”, subrayó Britney Schmidt, autora de uno de los estudios y profesora en la Universidad de Cornell de Nueva York.
Otro estudio publicado en la revista Earth’s Future, subraya a su vez que la subida del nivel del mar destruirá tierras cultivables y fuentes de agua potable, lo que obligará a millones de personas a exiliarse antes de lo previsto.
“El tiempo del que disponemos para prepararnos ante una mayor exposición a las inundaciones puede ser mucho menor de lo que se suponía”, advierten los autores.
Los cálculos dependían hasta ahora de datos mal interpretados. Al medir la altitud de las regiones costeras con radar, las copas de los árboles y los tejados se confundían a menudo con el nivel del suelo. Esto significa que, en realidad, el suelo está mucho más abajo de lo que se pensaba.