La corrupción ha permeado todos los ámbitos de la economía y la política en Paraguay. La tierra no es la excepción. La reciente reforma del Estatuto Agrario en la Cámara de Diputados ha generado un fuerte rechazo de parte de campesinos y de organizaciones sociales, ya que una de las principales implicancias será dejar impune el acceso a tierras malhabidas. La gente está cansada de tanta corrupción e impunidad, pero al parecer muchos sectores se niegan a entender el malestar ciudadano y continúan en su afán de apropiarse de bienes públicos y comunes. El cambio del Estatuto Agrario es un claro ejemplo del poder que ejercen determinados sectores para blanquear el acceso irregular a tierras públicas. La Cámara de Senadores tiene la oportunidad de rechazar cualquier intención de legitimar la tenencia indebida de tierras.

Todos los estudios históricos que se han hecho sobre el tema dan cuenta de que el problema lleva más de un siglo, ya que la distribución irregular de tierras públicas siempre estuvo vinculada a la prebenda política.

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