Nuestra solidaridad con médicos, médicas, enfermeros y enfermeras, quienes son los más expuestos en esta situación de epidemia del coronavirus, que enfrentaron siempre –y ahora tendrán que enfrentar una vez más- epidemias y todo tipo de enfermedades en las condiciones de precariedad de nuestro sistema de salud pública.

Nuestra solidaridad con nuestro sufrido pueblo, que siempre sufrió la falta de una política de salud pública gratuita y de calidad. Con la pasada epidemia del dengue quedó al descubierto, una vez más, la carencia de la atención a la salud. Ojalá el coronavirus no se expanda, porque si eso sucede puede causar estragos en nuestra población.

No está mal el decreto, pero hay muchas contradicciones: sigue habiendo aglomeraciones de gente en los colectivos, las fábricas, supermercados, y en los mismos hospitales. Entendemos también que la mayoría de quienes –a pesar del decreto- salen de sus hogares son lo que viven del día a día, otros salen obligados por sus empleadores, por citar algunos. Sin embargo, para ellas y ellos no existe plan de contención ni alternativas para paliar las necesidades diarias, por lo menos.

Posponemos la marcha hasta una próxima fecha que en el transcurso de los días iremos mencionando, pero así también no cesaremos de llegar casa por casa en las comunidades campesinas e indígenas, en los asentamientos, para seguir conversando y debatiendo con la gente sobre esta situación y además sobre la realidad que vivimos como país y como pueblo. Así también haremos con jóvenes, mujeres, docentes, alumnos, universitarios, para demostrar que a este sistema no le interesa la humanidad.

Hacemos un llamado a nuestro pueblo castigado por este modelo de Estado, a los sectores patrióticos y democráticos, a unirnos en la organización y la lucha e ir construyendo juntos UNA PATRIA NUEVA, a través de un GOBIERNO DE EMERGENCIA NACIONAL

FUENTE: FNC