Con la creación de un histórico fondo de reparación de daños, casi 200 países llegaron este domingo a un acuerdo para ayudar a las naciones más afectadas por las catastróficas consecuencias del cambio climático.

Tras más de dos semanas de intensas negociaciones, los participantes en la cumbre del clima de las Naciones Unidas en Egipto, COP27, alcanzaron el compromiso de financiar un nuevo fondo para compensar las «pérdidas y daños» ocasionados por los desastres naturales en los países en desarrollo «especialmente vulnerables».

El acuerdo, que aún cuenta con muchos detalles por definir, respalda la llamada «solución mosaico» que pedía el bloque negociador de la Unión Europea, entre otros países, que aboga por recurrir a nuevos instrumentos financieros para ayudar a costear los daños tras fenómenos extremos relacionados con la crisis climática.

El debate sobre la compensación económica por pérdidas y daños había sido el gran tema aplazado en las cumbres del clima que se celebran desde la década de los 90.

Pero ante el rápido aumento de los eventos climáticos extremos y la presión de los países menos desarrollados, que son los menos contaminantes, el tema estuvo esta vez en el centro de la agenda.

Al inicio de la cumbre en la ciudad de Sharm el Sheij parecía casi imposible que se lograra un acuerdo por el temor de que un sistema de compensaciones podría abrir la puerta a eventuales reclamos multimillonarios en el futuro.

Sin embargo, por primera vez en la historia se logró un acuerdo sobre este asunto.

¿Quiénes son «especialmente vulnerables»?

El fondo, proporcionará financiación «predecible y adecuada» a «los países en desarrollo especialmente vulnerables», según el texto acordado en la reunión.

Sin embargo, la declaración no especifica cuáles serán los países que se verán beneficiados con el fondo, ni los detalles del mecanismo de financiamiento del mismo, puntos centales que sería definidos en próximas reuniones.

Un comité de transición compuesto de 24 países, entre ellos tres de América Latina y el Caribe, elaborará durante un año los detalles sobre el funcionamiento y la financiación de esta iniciativa, con vistas a una adopción en la COP28 a fines de 2023.

La financiación recaerá básicamente sobre los países ricos, los que más han contribuido al calentamiento global, pero una de las rutas de trabajo acordadas este domingo llama a «expandir las fuentes de financiación», lo que dejaría un espacio abierto para que países como China participen como donantes, una demanda expresada por la Unión Europea y Canadá, entre otras naciones.

El acuerdo de la COP27 invita también al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI) a aportar «soluciones de financiación». Sin embargo, no menciona la posibilidad de condonar deuda externa, por ejemplo, como una medida de alivio.

El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que la cumbre ha sido un «importante paso hacia la justicia», pero sobre el fondo de reparaciones hizo una advertencia clave: «Claramente, esto no será suficiente, pero es una señal política muy necesaria para reconstruir la confianza rota».

Recortes de las emisiones contaminantes

Independiente de la creación del fondo, la Unión Europea había expresado su voluntad de lograr un mayor compromiso en los recortes de las emisiones de gases de efecto invernadero, con la vista puesta en China, país que actualmente es el primer emisor mundial, responsable de casi el 30% del total.

Esta controversia fue una de las que más retrasó el final de la cumbre, que oficialmente tendría que haber concluido el viernes.

Finalmente, la Unión Europea no consiguió que se aceptaran sus demandas por aumentar las metas de recorte de las emisiones, dejando un sabor amargo entre los que impulsaban este argumento.

Pese al histórico acuerdo de compensación económica para los países más pobres, la cumbre «no aumentó la ambición de abordar la causa fundamental del cambio climático: las emisiones de gases de efecto invernadero que están calentando nuestro planeta», dijo Justin Rowlatt, el editor de Asuntos Climáticos de la BBC.

De hecho, agregó desde la COP27, al introducir una nueva categoría de energía de «bajas emisiones», «muchos creen que han retrocedido en lo que se acordó en la última conferencia climática de la ONU en Glasgow».»Significa que lo que podría haber sido un triunfo para Egipto, probablemente terminará siendo juzgado como un fracaso«, argumentó Rowlatt.

En un acuerdo en París en 2015, los países se comprometieron a intentar mantener el calentamiento global en 1,5 grados Celsius. Y para esta cumbre, se esperaba que desarrollarán planes más ambiciosos para disminuir las emisiones, incluida la reducción del uso de combustibles fósiles, algo que no ocurrió.

Por ahora, varios países se han comprometido individualmente a llegar al «cero neto» para 2050. Esto significa reducir las emisiones de gases de efecto invernadero tanto como sea posible y equilibrar las emisiones restantes absorbiendo una cantidad equivalente de la atmósfera.

FUENTE: BBC MUNDO

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