La próxima Cumbre del Clima, COP28, está a punto de congregar a líderes de todo el mundo con el objetivo de alcanzar consensos y asumir nuevos compromisos medioambientales para hacer frente al cambio climático y sus consecuencias. Paraguay estará representado por sus principales autoridades en esta reunión crucial que iniciará el 30 de noviembre en Dubái.

La COP28, como la 28ª Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), reúne a los 197 países y entidades soberanas que forman parte de esta convención, incluyendo a Paraguay, además de la Unión Europea (UE). Los delegados de estas «Partes» se reúnen para acordar medidas, evaluar progresos en los objetivos del Protocolo de Kioto o el Acuerdo de París, limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, establecer mecanismos de ayuda y compensación para los afectados por la crisis climática, y promover acciones para una transición energética justa y equilibrada.

En el contexto técnico predominante en las COP, los temas clave abordados se clasifican como «adaptación», «mitigación» y, más recientemente, «pérdidas y daños». La «adaptación» se refiere a las medidas necesarias para reducir los impactos del cambio climático, mientras que la «mitigación» aborda las transformaciones industriales, sociales y económicas esenciales para reducir al máximo las emisiones causantes del calentamiento global. Por otro lado, «pérdidas y daños» se centra en las compensaciones que deben recibir los países en desarrollo más afectados por la crisis climática, aunque no son responsables de su origen.

La «mitigación» desempeña un papel central para la UE y sus Estados miembros, que abogan de manera enérgica por mantener el límite de calentamiento global en 1,5 grados Celsius por encima de la media de la era preindustrial, conforme al Acuerdo de París de 2015. En este sentido, la extinción del uso de combustibles fósiles es una demanda directa, pero choca con la postura de productores de hidrocarburos como Emiratos Árabes Unidos (EAU), país anfitrión de la COP28, y naciones en desarrollo ricas en estos recursos, que ven en su explotación una vía para su desarrollo. Argumentan que, si bien es necesario reducir el uso de hidrocarburos, estos siguen siendo esenciales al menos durante la transición a nuevas fuentes de energía, por lo que la financiación y el impulso a su producción deben continuar.